12 de julio de 2015
-¿Qué te produce el estreno de Fábricas? Debe ser especial para vos como cabeza de equipo, y además como tandilense. Estoy esperando el estreno desde que hicimos la última escena. Después de haber filmado Puerta de Hierro realizar esta serie fue el trabajo que más me comprometió compleja e integralmente. Creo no haber hecho nunca un trabajo de tanta dimensión en mi patria original. -Vos además fuiste metalúrgico El trabajo en la Metalúrgica fue el primer trabajo, en mi adolescencia. Y ahí ya pintaba algo de lo que vendría, fui obrero, recitaba poesías mientras trabajaba y a la hora del almuerzo, tenía un grupo de teatro y me hice fraternalmente amigo del Colorado Lester que hace un personaje maravilloso en la serie. -¿Creés que Fábricas marca un hito para el audiovisual en Tandil? La federalización de la producción, incluso de la distribución de los productos audiovisuales sigue necesitando de nuestra dedicación. Una serie como Fábricas muestra de manera incuestionable cómo una historia zonal se constituye en producto artístico, creado, recreado, actuado y registrado por actores y pobladores de la zona. Ojalá constituya un hito aunque quizás sería aún mejor que fuera simplemente un producto de una serie de producciones ocupadas por las realidades más allá de la General Paz. -¿Cómo fue trabajar acá? Y para mí también un poco raro te voy a confesar. Porque estaba en mi casa, pero también estaba en otros lugares. Eran los lugares que conocía, pero eran también otros momentos y otros conflictos aunque la estructura me fuera totalmente propia. -¿Cómo fue trabajar para una Universidad del Centro? Es algo poco común, ¿qué significó eso, para alguien con tu trayectoria? claro, me preguntás cómo es para un actor profesional trabajar en un producto no comercial y encima con ciertas vinculaciones con lo académico Ahí no puedo recordar algún rasgo específico de diferencia. El equipo trabajaba con profesionalidad y entusiasmo. Desobedecía más o menos en el porcentaje habitual de todo equipo más o menos decente. Fue difícil porque una de las inevitables características de estas realizaciones, es que no somos Hollywood, tenemos problemas con los recursos y el cine, aunque sea para televisión tiene una exigencia de tiempos a cumplir que es feroz. Fue fácil, porque todos queríamos hacer lo que hacíamos. Fue difícil porque teníamos una intensa exigencia. Fue fácil porque esa exigencia nos parecía justa y bella -Te diste otro gusto: aparece Lester, amigo personal, actor de la vieja guardia, personaje de Tandil, alguien muy querido ¿Cómo fue eso? Lo mencioné al principio. Lester es mi amigo imprescindible. El personaje del anarcoperonista es un personaje imprescindible. Lester fue delegado. Creo que su participación en la serie tiene una lógica que va más allá de mi afecto por él. Él es parte de la historia de las luchas en Tandil. Si una serie se refiere a ellas, es lógico que él esté. -Contanos sobre tu trabajo, dirección y actuación, qué te tocó hacer, qué tipo de personaje es, cómo fue dirigir, qué fue lo más difícil y lo más destacable. Me tocó hacer uno de los malos un pobre tipo, un malo que podría haber sido bueno si no le hubieran hecho creer que Miami era el paraíso y que la guita de la fábrica le correspondía por su condición de patrón sin ningún compromiso. Ni a él le debe haber gustado mucho ser cómo era. Y dirigir ese elenco singular que incluía actores de primera como Belén Blanco, SusuPecoraro, Marcelo Savignone,Carlos Portaluppi,Cristina Murta, más excelentes actores de Tandil y el equipo formado también con la participación de las compañeras que habían actuado en el proceso de las tomas, supuso que nos exigiéramos una primera puesta en escena en donde encontrarnos. -¿Puede ser una serie distinta esta, al menos no tradicional, que habla de gente que rara vez aparece en la tele? Esta serie aparecerá en la tele. Y sí, quizás su mérito central sea el de visibilizar lo que suele ser invisibilizado. Pero nuestro compromiso es hacer de esa presentación un producto de calidad. Ese soporte es el que garantiza que el desafío de proponer estos temas, estas historias, tengan convocatoria. -Fábricas habla de un momento político y social muy especial del país y tiene un contenido bien concreto. Habla de la falta de trabajo, de la lucha, de egoísmos y solidaridades, de tristezas y alegrías individuales pero también colectivas, y también de amor. ¿Hay un mensaje en Fábricas? ¿Está el mensaje por encima de lo artístico? ¿Qué opinás? No,encima no. En todo caso con. Nosotros nos proponemos un producto artísticamente bueno. Lo hacemos desde determinadas elecciones, escalas de valores, confianza en las estrechas relaciones entre fondo y forma. Ojalá se agregue al mensaje de lo que contamos: los obreros pudieron recuperar su fábrica y administrarla, el mensaje de mirá estos tipos de Tandil, qué buena serie hicieron. Hay un aspecto que no pude mencionar hasta ahora, Fábricas se propuso contar la historia de ese grupo de trabajadoras y trabajadores y su camino hacia la recuperación de la fuente de trabajo. Pero también contamos-y eso es un aspecto singular de la historia- cómo en muchos de los personajes había una transformación personal, una recuperación de sus sueños, amores e identidades que se fue concretando junto con el ejercicio de su militancia. En resumen, sí, también hablamos de amor. -¿Cómo fue el contacto con las fábricas? ¿algunos y algunas trabajadoras también actuaron? La experiencia de incorporar a algunos de los actores de la historia real fue otro de los aspectos que constituyeron esta forma especial de la experiencia de Fábricas, trabajamos actores (que trataban de aprender de quienes habían vivido la experiencia) junto a protagonistas (que trataban de aprender de los actores cómo contar mejor su propia historia). Y quisimos que eso quedara registrado. Que ese encuentro estuviera explicitado. -¿Qué te parecen estos proyectos de televisión nacional, a través de universidades nacionales que apuestan a la producción audiovisual, y del impulso y la promoción que se brinda desde el Estado? Por supuesto me parecen buenos, me alegran, me dan confianza. Que la prepotencia de trabajo de la que hablaba Roberto Arlt pueda desarrollarse con ciertas garantías de confort, que la inteligencia y la creatividad no sean una carga para quienes intentan hacerla obra me parece francamente saludable. -¿Quisieras agregar algo? Creo que la serie tiene tres ejes: Uno, la historia de la constitución de las cooperativas Dos, las historias personales, como en ese camino de recuperación, también se recuperan y se desarrollan sueños y aptitudes. Creo que la historia de Pedro, es la más representativa de lo que quiero decir. Tres, la apropiación del relato: que actúen compañeras de la fábrica, que el personaje de Damián retrate los acontecimientos, por ejemplo. Que eso esté también visibilizado. Digamos una versión actualizada de aquel teatro dentro del teatro
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